Blogia

¿Es cara la cacatúa?

Día 3 y 4: Chauen-FEZ. Dos noches en Fez

Día 3 y 4: Chauen-FEZ. Dos noches en Fez

Perdimos el CTM así que optamos por coger el primer autobús de otra compañía que partiese a Fez. Un hombre me pidió dinero por los billetes y desapareció. Me puse un poco nervioso. En esto, llegó el autobús que se supone nos llevaría a nuestro destino. Era un autobús muy viejo y no puede leer el nombre de la compañía porque estaba escrito en árabe. Otro hombre nos quitó las mochilas de la espalda y las metió en el portamaletas a la vez que nos pedía 20 dh por cada maleta. Todo el mundo gritaba y yo estaba cada vez más  nervioso. Volvió el primer hombre con nuestros billetes y montamos en el autobús. Empecé a pensar que habíamos pagado el doble de lo que estaba pagando el resto de gente. El autobús arrancó y el chofer conducía rápido. Un hombre estaba cruzando el camino con un animal y el autobús dio un frenazo. La gente gritó y yo pensé que lo habíamos atropellado. El autobús había parado en cuesta y parece que los frenos no funcionaban muy bien, porque el copiloto bajó rápidamente del  autobús y se afanó en poner unas rocas detrás de las ruedas para que el vehículo no se fuera para atrás. Tras unos minutos de espera, el chofer aceleró y el autobús  empezó a  subir la cuesta lentamente mientras el motor parecía no dar más de sí.

Después de 6 horas de viaje llegamos a Fez. “Tánger no me había preparado para la experiencia de Fez, donde todo era diez veces más extraño, más grande y más deslumbrante. Tuve la impresión de haber dejado por fin el mundo atrás y casi no podía soportar la emoción” (“Memorias de un nómada” de Paul Bowles. 1972). En efecto, así es. La medina vieja es tan grande y laberíntica que lo mejor es pagar a un guía para que te lleve a los sitios, si no, puedes pasarte horas dando vueltas sin sentido. Los guías oficiales son más caros, mas puedes pagar a algún estudiante para que te enseñe la medina. Lo hará con cierto disimulo caminando delante de ti ya que no está permitido. Antes de contratarlo dile lo que te interesa ver y que no te maree llevándote a tiendas. Nosotros dimos un paseo de 3,30 horas con un joven berebere políglota que al final nos invito a un par de porros (nosotros pagamos los tes). Le dimos 70 dj y se fue bastante contento.

No perderse:

-los souks, calles en las que se concentran los distintos gremios artesanales, donde que podrás ver como trabajan.

-el souk donde se tiñen y se secan las pieles, es el más grande e impresionante de Marruecos.

-las madrassas, escuelas donde se enseña el Corán.

-los funduks, eran los hoteles tradicionales donde los viajeros (generalmente comerciantes de fuera de la ciudad) se alojaban. Muchos de ellos están ocupados, otros en estado ruinoso y alguno con más suerte a sido restaurado y convertido en museo. Nuestro guía nos llevó a uno que tenía un estanque en el que se producía un extraño efecto óptico, que la tradición achacaba a Alá.

El acceso a las mezquitas en Marruecos está vedado a los no musulmanes. Emi se ponía un pañuelo en la cabeza y pudo visitar algunas. Yo solo las veía por fuera. Excepto por cierta decoración en las entradas y los minaretes (uno por mezquita), no llamaban mucho la atención, ya que muchas estaban encajonadas en la laberíntica trama de la medina. Eran edificios de planta basilical (rectangular) mucho menos espectaculares que las mezquitas bizantinas y otomanas que uno puede encontrarse en Istambul. Cuando volvimos a la península ibérica me pareció imprescindible, para completar el viaje, detenernos en  Córdoba y ver su espectacular mezquita. Está claro que Al-Andalus, en su esplendor, llegó a un desarrollo cultural y artístico mayor que el Magreb. Las enseñanzas al respecto, de mi profesor de historia de la arquitectura, Jaime de Hoz, recobraron pleno valor para mí en este viaje.

Alojamiento: mejor hospedarse en la medina vieja (si, la vieja mejor que la nueva). Nosotros nos alojamos en la medina nueva, pero hay menos cosas que ver y es más chunga por las noches. Aunque pagamos 80 dj la hab. doble. Pero qué sitio!!…mejor no recordarlo.

A partir de Fez, se hace más complicado hacerse entender ya que la gente solo habla árabe o francés. Aunque varias veces tuvimos la sospecha de que, en realidad, no nos querían entender, sobretodo los taxistas.

Día 5: MEKNES, MOULAY IDRISS, VOULUBILIS

Día 5: MEKNES, MOULAY IDRISS, VOULUBILIS

1 hora de tren de Fez a Meknes. Después de haber visitado Fez, Meknes no impresiona tanto. Es más pequeña, pero tiene una bonita plaza con bastante ajetreo.

El día puede cundir mucho. Por la mañana fuimos a Moulay Idriss a media hora de Meknes. Los grand taxis hacen una ruta regular, pregunta (ahora es más difícil hacerse entender a no ser que hables francés o árabe) dónde está la parada (9 dj por persona). Se puede echar un rápido vistazo a este pequeño pueblo, muy importante dentro de la historia de Marruecos, en el que no hay ningún hostal ya que hasta hace poco estaba prohibido pernoctar a los extranjeros. A 4-5 Km. se encuentra Volubilis, que es una antigua ciudad romana. El grand taxi costará 23 dj/plaza (no es una ruta regular). Nosotros fuimos en taxi y volvimos a Moulay Idriss dando un paseo. Volvimos a Meknes y a la tarde-noche visitamos la ciudad.

De madrugada cogimos un tren que nos llevaría en 7 horas a Marrakech. El tren era más confortable que algunos de los hostales en los que habíamos estado y por una noche dormimos calentitos. 

Días 6 y 7: MARRAKECH. Dos noches

Días 6 y 7: MARRAKECH. Dos noches

La ciudad es de color naranja pálido. Es sin duda el destino más turístico, lo cual le resta a mi modo de ver cierto encanto. Fuera de la medina, la Ville Nouvelle parece bastante moderna. Se pueden ver muchas mujeres con ropas occidentales conduciendo sus motos. La plaza Xemaa el Fna es la más famosa de Marruecos, inmensa y llena de vida tanto de día como de noche. Contadores de historias, mujeres que te pintan con gena, vendedores de zumo de naranja… A mi lo que más me impresionó fueron los encantadores de serpientes. Pero no me acerqué mucho a ellos, en parte por miedo a la serpiente, en parte por miedo a que el encantador me agobiara pidiéndome dinero. A Emi no pareció interesarle mucho el asunto de las serpientes.

Alojamiento: a menos de 3 minutos de Xemaa el Fna se pueden encontrar muchos hostales económicos.

Día 9: Rabat-ASILAH-Tánger-Tarifa

En Rabat sólo estuvimos el tiempo justo para cambiar dinero en el banco y coger el primer autobús (50 dj) que nos llevara a Asilah.

Asilah es un pequeño pueblo costero muy cerca de Tánger en el que algunos nombres de calles están escritos en castellano. Había un restaurante que se llamaba “Casa Manolo” y en otro sitio, el hombre que nos vendió unos sándwiches hablaba un español casi perfecto. También hablaba bien el español un joven que nos estuvo siguiendo un buen rato, que nos invitó a un porro y que se enfado mucho cuando después de fumarlo no le quise comprar el hachís que me ofrecía. Después de 9 días de viaje por Marruecos ya estábamos bastante escarmentados con este tipo de gente y lo mandamos a tomar por culo sin contemplaciones.

Asilah fue el lugar más tranquilo de todos los que visitamos (a parte de las ruinas romanas, claro). También, quizás porque era el pueblo más pequeño de todos. La medina era tranquila y estaba sorprendentemente limpia. Al contrario de lo que habíamos visto hasta entonces, la vida parece que se hacia extramuros, es decir fuera de lo que es la medina. El concurso anual de murales que se celebra en agosto en la ciudad ha llenado sus calles de grandes pinturas coloridas. Sin embargo, para mí este pueblo es un destino suprimible dentro de lo que es un viaje por Marruecos.

El grand taxi a Tánger nos costó 15 dj cada, es decir, el mismo precio  que el billete de autobús. En Tánger tuvimos el tiempo justo para gastar los últimos dirhams comprando especias y algo de comida para la cena.

Cogimos el ferry de las 21.30 (el último). Llovía mucho y había marejada en el estrecho. El barco se movía mucho y si el viaje hubiera sido más largo seguro que me hubiera mareado.

Llegamos a Tarifa. No hubo ningún tipo de control anti-droga en la aduana. La idea era coger el coche y dirigirnos hacia Málaga para dormir por algún sitio en el camino. Pero estaba tan cansado para conducir que decidimos quedarnos allí mismo. El hostal era nuevo y tenía calefacción lo cual era un signo de que había vuelto al primer mundo. La factura del hostal fue la señal definitiva.

Día 8: ESSAOUIRA

Día 8: ESSAOUIRA

Desde Marrakech en tres horas de viaje en autobús (50 dj con CTM) se llega a este precioso pueblo pesquero en la costa, paraíso de wind-surfistas. Hay mucha artesanía de madera.

A medianoche cogimos un autobús de “otra compañía” (90 dj) que nos llevaría a Rabat (la CTM sólo viaja a Casablanca). 9 horas de viaje en las que no dormí muy bien porque el chofer llevaba la música a un volumen considerable y además a las 4 de la madrugada hubo una discusión, por una razón que no llegué a entender, entre varios de los pasajeros. Una mujer se desmayó y el autobús tuvo que parar en medio de la carretera.

planning

planning

2006Enero     
LMXJVSD
16 17

18Porto-

El Cuervo

(Cádiz)”

19Tánger^20Chaouen^21trip to Fez^22Fez^ 
23Meknes*24Marrakech^25Marrakech^26Essaouira*

27Asilah_

Tánger_

Tarifa^

28Málaga

Cordoba^

29Mérida

Salamanca”

30Porto31      
  • ^ noche en hostal
  • * noche viajando
  • “ noche en el coche

Me gusta el fútbol

Me gusta el fútbol

Ayer estuve viendo la final de la Champions League con un amigo en un bar. Tengo que decir que insulté al árbrito y que di instrucciones a los jugadores de cómo debían jugar, aun sabiendo que no me oirían. La verdad es que estuve bastante tenso hasta que el Barça finalmente remontó el partido.Sin embargo, cuando en 1992 el Barcelona ganó su primera Copa de Europa gracias a un gol de Koeman, la cosa fue bastante diferente. Aquella vez no vi el partido. Ni me enteré de la victoria al día siguiente, ni nada. No es que viviera en otro planeta, es que sencillamente el fútbol no me interesaba, no formaba parte de mi mundo. Quizás, porque mi padre nunca me había puesto una pelota en los pies cuando era pequeño, en mi infancia jamás me interesé por ese juego en el que uno tiene que ir corriendo detrás de un balón. En los recreos de la Ikastola, nunca me dio por darle al balón. Siempre encontré un puñado de compañeros con los que compartir otro tipo de aficiones. ¿Qué habrá sido de toda esa gente que no jugaba al fútbol en los recreos del colegio cuando eran pequeños?Todo esto empezó a cambiar cuando decidí integrarme en la sociedad. El Mundial del 94 fue el primer evento futbolístico que seguí con atención. Y cuando comenzó la liga, como necesitaba ser hincha de algún equipo (como todo mortal), me hice del Athletic de Bilbao. En la decisión, las razones políticas tuvieron tanto peso como las sentimentales, y mira que a mi no me gusta mezclar las churras con las merinas.Total que, hoy en día me gusta el fútbol. Tampoco es que ahora sea de los que compra el marca, ni si quiera sigo la liga. Por cierto, ¿qué ha hecho el Athletic? ¿No habrá quedado detrás de La Real? Pero si que me gusta de vez en cuando ver algún partido en la tele, sobretodo en compañía y con cervezas. Y no sólo disfruto de este deporte pasivamente, también me gusta practicarlo. Lo que pasa es que aquí tengo que aclarar que, como mi incorporación al mundo del fútbol fue tardía, mi técnica no es del todo buena: uno de cada cinco pases que doy llega a algún jugador de mi equipo, solo el 20% de los disparos a puerta va entre los tres palos, de los cuales apenas un 0,74% son gol. Por eso siempre prefiero jugar con discapacitados como yo. Porque hay que ver cómo de serios se ponen algunos cuando echan una pachanga: que si “presiona arriba”, “sube por la banda”, “hazme la diagonal” (y la bisectriz también, no te jode el Zidane este), “que cada uno coja a uno” (pues mira, voy a ser generoso y te dejo que cojas el mío también)…  

 

Caminante, no hay camino

Caminante, no hay camino

Caminante son tus huellas
El camino nada más;
caminante no hay camino
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante, no hay camino
sino estelas sobre el mar.
¿Para que llamar caminos
A los surcos del azar...?
Todo el que camina anda,
Como Jesús sobre el mar.

Yo amo a Jesús que nos dijo:
Cielo y tierra pasarán
Cuando cielo y tierra pasen
mi palabra quedará.
¿Cuál fue Jesús tu palabra?
¿Amor?, ¿perdón?, ¿caridad?
Todas tus palabras fueron
una palabra: Velad.
Como no sabéis la hora
En que os han de despertar,
Os despertarán dormidos
si no veláis; despertad.

Autor: Antonio Machado     

Para inagurar esta sección que va tratar sobre viajes, escapadas y descubrimiento del mundo en general, había pensado “colgar” este poema de Machado. Pero tengo que decir, que la verdad, los únicos versos que conocía son el tercero y el cuarto, los que dan titulo al poema. Qué garrulo soy, ¿no? El caso es que, cuando he leído todo el poema, me sorprendido al ver que habla de Jesús, del amor y de la caridad. O sea que el poema va de algo más profundo y emplea la metáfora del camino…y tal. Como yo de lo que quería hablar era de viajes, pues la verdad es que el Antonio este, me ha chafado un poco. Pero, que quede claro, que aquí de lo que vamos a hablar es de viajes. El tema de Jesús&Company, lo dejamos para más adelante…

Por cierto, que si alguien con un mínimo de cultura y sensibilidad quiere explicarme de qué va el poema, adelante, será bien recibido.  

el cuadro es "El caminante sobre el mar de niebla" de Friedrich

The Doors

The Doors

Hoy, por fin he saldado la deuda que tenía pendiente con ver esta película de Oliver Stone. Descubrí a los Doors con 17 años y desde entonces a sido uno de mis grupos preferidos. Había leído uno de los tantos libros que cuentan su historia, pero todavía no había visto la peli. Seguramente deba volver a verla otra vez. Primero, porque me ha gustado mucho. Y segundo, porque apenas me he enterado de los diálogos, ya que hoy la he visto en versión original con subtítulos en polaco. No pregunten porqué, son cosas del Erasmus. De todas formas las imágenes y la música de la película son lo bastante impactantes como para que el visionado haya sido satisfactorio.

A mi, creo que lo que más me ha interesado es la parte en la  que el grupo toca en New York y por la noche van a una fiesta en la Factory de Andy Warhol. Allí, Jim conoce al propio Andy y a Nico, la vocalista en el primer álbum de la Velvet Underground, otro de mis grupos de culto. En el largometraje se muestra cómo el ambiente new yorkino distaba bastante de la California hippy de la que procedían los Doors. New York era underground, pero de esto ya hablaré otro día.

 

En el Estudio de Souto de Moura

En el Estudio de Souto de Moura

Cuando uno entra al edificio donde se encuentran los estudios de Siza, de Souto de Moura y del hijo de Tavora, lo primero que le llama la atención es la escasa iluminación de la entrada y de las escaleras, que carecen de aberturas al exterior. Tal es la austeridad del lugar, que las puertas blancas de los estudios no tienen distintivos, y yo tuve que preguntar a un hombre en qué planta se encontraba el estudio de Souto. El estudio ocupa la mitad de la primera planta, aunque también hay otra zona de trabajo en el nivel 0. Al entrar uno se encuentra con la mesa de cristal de la secretaria. Me presenté y dije que tenía una cita con Jo. Al momento apareció ella que me saludó sonriente y me dio dos besos. Lo primero que me dijo es que es imposible que me admitan en el estudio de Soto de Moura. Las plazas para los 7 o 8 becarios que suele haber en el estudio ya están cubiertas y es muy difícil acceder a ellas a no ser que se tenga “enchufe”. Eduardo tiene muchos compromisos y los jóvenes que entran en el estudio son parientes o hijos de amigos que se quedan 4-5 meses trabajando, lo justo para que aparezca en el currículo.  Aclarado este punto, Jo me enseñó el estudio y estuvimos charlando un poco sobre cómo trabajan en el. En el estudio hay muchas maquetas, en la planta baja hay una sala llena de maquetas y en la casa de la madre de Eduardo hay dos habitaciones en las que también se guardan maquetas. Como algunos ya sabréis, a Soto le gusta trabajar con maquetas. Se hacen maquetas de todas las escalas: desde maquetas de entorno, hasta maquetas de detalles constructivos, incluso en el estudio había prototipos escala 1:1 de los muebles para los equipos de aire acondicionado. Casi todas las maquetas son de cartón-pluma y no se pegan con cola hasta el final de manera que se puedan ir modificando. Aunque la ejecución de las mismas es muy buena ya que muchas de esas maquetas sirven para explicar el proyecto al cliente. Las maquetas virtuales solo las usan para las presentaciones finales de los proyectos. Estos renders suelen subcontratarlos a otros gabinetes, pero siempre el toque final se lo dan en el estudio porque Eduardo es muy “tiquis” y casi nunca le gustan los colores o las texturas elegidas.Aunque en los últimos años ha habido un cambio de escala en los proyectos de Soto (Estadio de Braga), Eduardo alcanzó gran prestigio con el diseño de casas particulares. Los clientes que solicitan este tipo de proyectos son gente con mucho dinero (elemental querido Wuatson) que lo que buscan es una tarjeta de presentación. Normalmente son clientes que dan pocos problemas.Eduardo apenas pasa tiempo en el estudio, ya que se encuentra la mayor parte del tiempo reunido o viajando. Pero Jo me aseguró que todas las ideas salen de su cabeza. El hace unos bocetos y se los pasa a  sus colaboradores para que los desarrollen. Después, periódicamente se reúnen con el para ir discutiendo los pormenores. A veces tienen que esperar más de una semana para  ver a Eduardo pero como cada uno lleva varios proyectos a la vez, nunca están parados. El proceso del proyecto es lento. Ello es debido a que Eduardo necesita madurar las ideas tranquilamente, aunque Jo me aseguró que el tiene una cabeza privilegiada capaz de llevar un montón de asuntos a la vez. Este ritmo de trabajo cambia cuando se presentan a algún concurso (casi siempre concursos restringidos a los que han sido invitados). Entonces se crean grupos de trabajo, se hacen tormentas de ideas y se trabaja continuadamente día, noche, de lunes a domingo.

Biografía autorizada

Biografía autorizada

Mi nombre hace honor al Ibon de Atxerito, lago glaciar del Pirineo aragonés junto al que me encontró una expedición francesa que pretendía subir al pico Bisaurín el 12 de septiembre de 1955. Me rescataron de las garras de una osa a la que mataron de quince disparos. En realidad, esa osa me había encontrado en el bosque cuando aun era un bebé y me había amamantado y cuidado hasta la edad de seis años, que es la edad que se estima que yo tenía cuando me rescataron.

El jefe de la expedición que me encontró era un aristócrata francés que me adoptó y me llevó a su chateau de Versalles. Me costó adaptarme, ya que hasta entonces había vivido libre en el monte. Pero con el tiempo aprendí a hablar, a leer y escribir gracias a las institutrices y profesores particulares que vivían con nosotros en el chateau. Aunque la persona que más hizo por humanizarme fue mi madre adoptiva, Madame Neveu: una hermosa plebeya, que había sido profesora de piano hasta que se casó con Armand d' Abbadie, el Conde de Saint- Simon. Ella fue la que me inculcó el amor por la música.

A los trece años pude por fin incorporarme a los caros colegios elitistas en los que mi padre adoptivo quiso educarme. Durante la semana mis compañeros de colegio hacían de mi vida un infierno. Pero todo eso se transformaba cuando el fin de semana volvía al chateau junto con mi hermana Catherine. En la intimidad, nos amábamos con locura.

Con dieciocho años fui a París a estudiar piano. Era lo que siempre había querido, pero yo no era feliz ya que no podía seguir viviendo más tiempo teniendo que ocultar el amor que sentía por Catherine. Un domingo que volví al chateau, durante la comida, aprovechando que estaban todos los miembros de la familia reunidos me levanté y golpeé una de las copas con la cucharilla para acaparar la atención de los comensales. Catherine me miró con ojos de sorpresa pero no pudo impedir que diera la noticia: mi hermana y yo nos amábamos profundamente, queríamos casarnos y formar una familia. El conde se atragantó al escuchar aquellas palabras y casi se muere. Cuando pudo hablar, lo primero que dijo es que yo ya no era hijo suyo, que me quitaba el apellido y que me desheredaba. Me dio igual. Pero por primera vez en mi vida iba a tener que trabajar.

Catherine, cumplió los dieciocho al año siguiente y también se fue de casa, pero la verdad es que para ella no fue tan difícil ya que el Conde siguió pagándole los estudios universitarios en la Sorbona, además del alquiler de la pequeña buhardilla en la que vivíamos.

Corría el año 1968 y París era un hervidero de revolucionarios y agitadores. Una noche, que llegué a casa después de nueve horas de trabajo en un restaurante de Montparnase, encontré a Catherine en la cama leyendo “El Capital”. Le pregunté qué era eso y me dijo que yo también debía leerlo. Juntos abrazamos las doctrinas marxistas y empezamos a militar en el “Partido Comunista Revolucionario Reconstituido”. Nos mudamos a una comuna del barrio Latino para estar más cerca de nuestros camaradas, y dedicamos casi todo nuestro tiempo a “la causa”, reunidos en eternos comités de estudiantes y trabajadores. Pero, durante los altercados de mayo, la fatalidad volvió a adueñarse de mi vida: En una manifestación en la que hubo disturbios, una bala disparada por un gendarme dio de lleno en el corazón de Catherine. A lo largo de mi corta existencia, yo había perdido a mis padres biológicos, a la osa que me amamantó, a mis padres adoptivos y ahora, iba a perder a la persona que más amaba en el mundo. Catherine murió en mis brazos y yo juré empeñar el resto mi vida en luchar contra el la injusticia social y el capital.

Estuve varios años militando en el PC francés, pero cansado de la burocracia interna del partido, decidí hacerme brigadista. Estuve cuatro años en Cuba, donde aprendí el castellano; en Nicaragua; también en Angola y tras el levantamiento zapatista fui a Chiapas, donde estuve acompañando al EZLN (Ejercito Zapatista de Liberación Nacional) y al Subcomandante Marcos. A partir de ahí, comencé a interesarme por los diversos movimientos anti-globalizadores surgidos aquellos años. Participé en las manifestaciones de Seattle, Praga, Tesalónica…

Sin embargo, más de tres lustros de lucha me habían dejado muy cansado, no sólo físicamente sino anímicamente. Fue en un viaje a Portugal, para participar en un encuentro organizado por las Juventudes Comunistas portuguesas, donde decidí dar un giro a mi existencia. El 3 de septiembre de 2005, día en el que llegué a Oporto, comenzó mi nueva vida. Nada más pisar la ciudad, quedé enamorado de ella: de su río Douro (de oro), de su mar, de sus puentes, de sus inclinadas calles de granito, de sus casas recubiertas de azulejos… de su vinho do Porto, del bacalao… pero también de sus gentes, de la tranquilidad con la viven su vida, de su calma. La ciudad tiene una atmósfera que me embriaga y decidí quedarme en ella para el resto de mis días.

Ahora vivo en una pequeña casita en Foz, junto al mar. Doy clases de francés en la Universidade do Povo por las mañanas, cocino los peces que yo mismo pesco y de miércoles a sábado toco el piano en la Casa de Cha de Boa Nova. Interpreto a los clásicos: Thelonious Monk, Miles Davis, John Coltrane, Duke Ellington…

Presentación

Presentación

Vitoria-Gasteiz. Una tarde cualquiera de un día cualquiera.

 

Un hombre que pasea por la calle se detiene delante de una pajarería. Después de observar un rato desde el cristal, entra en la tienda y pregunta:

 

- ¿Es cara la cacatúa?

A lo que el dependiente responde.

- Perdone, pero es que aquí no hablamos euskera.